viernes, 28 de octubre de 2016

Bouchard en las Filipinas. La separación de las presas


Por Alejandro Rossi Belgrano, adaptado del libro “Nuevos Documentos sobre el crucero de La Argentina a través del mundo”

 Introducción al artículo


 Retomamos nuestra tarea de divulgación sobre el Crucero de Bouchard en Filipinas.
Lo hacemos con una buena noticia, el Instituto Belgraniano de Tigre nos ha invitado a través de su presidente, Prof. Ac. Arnaldo Miranda Tumbarello, a brindar una conferencia sobre el tema.
El encuentro será el próximo sábado 12 de noviembre en ocasión del “Seminario y coloquio: Manuel Belgrano y su ideario en torno a la Emancipación de las Provincias Unidas”.
Esperamos contar con su presencia para poder profundizar los conocimientos sobre esta patriótica gesta.
Entrando en tema, hoy nos dedicaremos a una de las cuestiones más enigmáticas del crucero: el destino de las dos presas de La Argentina.
Durante su singladura en el archipiélago filipino el capitán Bouchard había capturado dos presas, el bergantín Nuestra Señora de los Dolores (del gobernador de las Islas Marianas) y el pontín con el Real Situado de las Batanes.
Al norte de la isla de Luzón un fuerte viento separó a los barcos que viajaban en conserva. Previsoramente habían acordado, en caso de separación reencontrarse en el puerto de San Ildefonso.
La Argentina arribó el 8 de mayo a la bahía aguardando por quince días la llegada de los otros barcos, pero nunca aparecieron y cumplido el plazo debió continuar sola con la expedición.
Bouchard y sus hombres jamás supieron que había ocurrido con ellos, ni con los marinos que los tripulaban. El secreto de su destino se había perdido en el tiempo y nos dejaba una historia inconclusa.
Consultando los antiguos documentos del Gobernador General de las Filipinas pudimos llegar a conocer el desarrollo de estos apasionantes sucesos, que ahora presentamos en breve síntesis.

El Desencuentro de San Ildefonso


La península de San Ildefonso se encuentra al este de la isla de Luzón y cierra una angosta y larga bahía, llamada por aquellos tiempos Casiguran.
Fue en el interior de esta protegida bahía que estuvo esperando La Argentina la llegada de sus compañeros de crucero. El capitán Bouchard escribió en su manuscrito que varias veces envió los botes a la boca de la misma para tratar de descubrir a las otras naves pero sin éxito.
El gobernador Folgueras contaba con la ventaja de disponer gran cantidad de vigías que podían suministrarle avisos desde muchos puntos de la costa. A través de su informe nos enteramos que las dos presas se dirigieron al punto de acordado.
Sin embargo no pudieron encontrarse porque los dos barcos menores no entraron a la bahía sino que esperaron fuera de ella.
Luego de varios días sin novedades cambiaron su posición, pero se movieron al suroeste. De esta forma se alejaban de  La Argentina con dirección a la ensenada de Dingalan, y hacían imposible el reencuentro.
Muchas implicancias tuvo este desafortunado suceso.
Algunas evidentes, como la pérdida de las presas y sus tripulantes. Otras subjetivas, ¿habría continuado Bouchard su crucero por Hawaii y América en caso de haberlas recuperado?
Con respecto a las presas y las circunstancias que debieron afrontar nos referiremos próximamente.
¡Adelante con Bouchard!